Ayer estaba hablando con un amigo sobre las amistades, especialmente aquellas pasajeras que no duran tanto como creÃamos que lo harÃan. Y me di cuenta que nuestro mayor problema es pensar que seguirán formando parte de nuestro futuro. Eso es lo que duele: mientras tú los consideras parte de tu vida, ellos solo te ven como un amigo más, uno no tan importante. Uno más del montón.
Me puse a analizar la situación, lo que uno considera amistad y lo que la gente te termina ofreciendo. Hay ocasiones donde es difÃcil saber qué es una verdadera amistad o cómo se supone que se deberÃa de ver. Todos podemos portar el tÃtulo de amigo pero muy pocos sabemos serlo realmente. Empecé a recordar a los amigos que he perdido, a mà yo del pasado que pensaba que no estaba hecha para vÃnculos duraderos, que tal vez yo no estaba hecha para tener amigos. Ese pensamiento hábito en mà por un buen rato porque era lo que la gente me habÃa demostrado, la peor parte es que yo con las amistades me encariñó muy rápido, trato de priorizarlas y conservarlas, pero nadie parecÃa hacer lo mismo conmigo. Al contrario, yo ocupaba el papel de pasajera en su vida. Se subirÃan al siguiente tren y no se tardarÃan en encontrar a alguien más para que me reemplazara y tomara mi asiento.
Asà es como me he sentido en la vida de los demás. Creyendo que no he sido tan importante para ellos cuando para mà han significado un lazo increÃble, uno que creÃa que jamás encontrarÃa. Lástima que esa felicidad dura tan poco. El dolor es el que perdura por dÃas o semanas, jamás será fácil decirle adiós a un amigo. Nunca estás preparado para perder a una persona que querÃas. Sin embargo, si ese amigo se hubiera preocupado por ti no te hubiera causado tanto daño, no te hubiera sustituido por otra persona, no te hubiera hecho cuestionarte, no se hubiera ido de la nada. Las amistades que sà tienen interés lo demuestran. La comunicación es la base, el bienestar es fundamental y ambos buscan el crecimiento, el apoyo mutuo. Pero cuando ya no hay interés, lo dejen demasiado claro como para seguir insistiendo.
Mi experiencia en relacionarme con la gente y establecer una amistad ha sido un poco caótica. Incluso me da miedo abrirme, dejar que la gente siga entrando a mi vida como si fuera una atracción turÃstica para luego salir sin explicación alguna, provocando una herida en mÃ. Una que tarda tiempo en sanar por las demás espinas que me han clavado. Yo sé que es normal que esto suceda, que yo también salgo de sus vidas. No obstante, ellos parecen una ráfaga de viento, yo quiero permanecer ahà por elección, porque los considero amigos, pero cuesta mucho trabajo cuando ellos no te consideran como tal. Cuando en pocas palabras te están diciendo que no les haces falta.
No sé cuántas veces he llorado por las amistades que se han ido. Por las veces que he sufrido por su ausencia y su falta de querer.
He perdido la conexión y estoy segura que la amistad con mi mejor amiga, ya ni siquiera hablamos como antes, no hacÃa falta un mensaje a diario, sabÃa que podÃa volver a ella en cualquier momento y las cosas no habrÃan cambiado, todo se seguirÃa sintiendo igual. Hace tiempo que eso ya no sucede, los mensajes se vuelven cada vez más escasos y el interés se ha perdido. Yo he querido y he tratado de conservarlo pero ella no le da mucha importancia. No soy ciega, tengo muy en claro que es hora de irme y eso estoy haciendo, las dos hemos tomado caminos por separado y aunque fuimos muy importante en la vida de ambas, algo cambió. Las pláticas se sentÃan vacÃas –ahorita ya ni hablamos– y al menos en mi caso, no querÃa seguir insistiendo. Por mucho aprecio y cariño que le tuviera, empezaba a cansarme. Normalmente doy más de lo que recibo, no me quejo, eso es parte de mÃ, no obstante, tampoco tenÃa que hacer todo el trabajo yo. Una amistad funciona si hay un equilibrio y es recÃproco. Aquà ya no lo habÃa. Y cuando lo entendÃ, dejé de complicarme la existencia. Fui más consciente de lo que se trata ser una amiga. Hice lo que pude, mostré interés, no lo quisieron asÃ, preferà alejarme. No habÃa nada que pudiera hacer. Y es que ya no habÃa nada que recuperar tampoco. Ni siquiera nota mi ausencia. Está genial eso, y sé que no tengo que estar con una persona donde ya no hay lugar para mÃ, donde ya solo hay fantasmas de las personas que fuimos, de esas mejores amigas que pensaban que durarÃan toda la vida.
Desafortunadamente solo llegamos a 7 casi 8 años de amistad, no pasa nada. Me quedo con lo bueno y sonrÃo con nostalgia al pasado.
He perdido tantas amistades que ya ni siquiera se me hace algo raro, ya no es nuevo para mÃ. He querido darlo todo por ellos, por hacerles ver que ahà estaba, que querÃa quedarme a su lado. Supongo que no fue suficiente. Ya no me torturo ni me culpo por cosas que estaban fuera de mi alcance. Fueron personas que llegaron en el momento preciso, en esa época donde más los necesitaba. Y aunque duele, prefiero verlo como algo bueno. Tal vez ya habÃan cumplido su propósito en mi vida, y por eso tenÃan que irse.
No obstante, me he preguntando cuántas veces esto tiene que suceder para que encuentre a esas amistades doradas que sà valgan la pena. ¿Cuánto tiempo más tendré que esperar por las verdaderas? ¿Algún dÃa tendré un grupo de amigos como el que aparece en Friends?
Nunca he sido alguien de grupos grandes de amigos, siempre me ha bastado con unos pocos, además de que siento que no logro conectar con todos y el encajar se vuelve difÃcil. Conozco a poca gente cercana con mis mismos gustos, supongo que eso no me ha sido de mucha ayuda para tener amigos nuevos. Hay que admitirlo, relacionarse hoy en dÃa con la gente es una tarea complicada. Incluso es más fácil estar solo a buscar ese cÃrculo social con el que te sientas cómodo. Con eso no me refiero a que sea imposible, al final del dÃa todos terminamos encontrando a nuestras personas.
La verdad es que estoy cansada de ser yo quien busca a los demás, la que se preocupa y los contacta para saber si están bien. Si no lo hago, ellos no lo hacen. Yo también quiero que me busquen, que me demuestren su cariño y lo importante que soy en su vida. ¿Por qué tengo que hacerlo yo a cada rato? Merezco un trato justo.
En serio espero algún dÃa encontrar a esos amigos con los que pueda encajar a la perfección, donde el interés sea mutuo. Puede que tenga que seguir perdiendo amistades para saber lo que es o no un amigo, lo que debo o no debo hacer. Me he dado cuenta de que no quiero más amistades que se sientan como una espera eterna. Quiero personas que se queden, que se esfuercen también por mÃ, asà como yo lo he hecho tantas veces por otros.
Tal vez, ya empezaron a llegar personas a mi vida que merecen una oportunidad. Que sea capaz de reconocer todo lo bueno que tienen, lo que han hecho por mà y por qué deberÃa llamarlos amigos. No tengo que cerrarme por experiencias pasadas.
Porque si miro con otros ojos, actualmente tengo pocos amigos, pero esos pocos son mejor que nada. He crecido como persona con ellos, me han querido con mis defectos y virtudes, me han acompañado en las buenas y en las malas, nunca me han abandonado cuando más los he necesitado, han celebrado mis logros y fracasos conmigo, me han motivado a seguir adelante y han estado ahà para mÃ.
Y sà tuve que perder tantos amigos para encontrar a los verdaderos, no lo cambiarÃa por nada del mundo.
Me da miedo perderlos, miedo porque a pesar de que me encantarÃa conocer gente nueva, no quisiera olvidarlos, no quisiera que nos convirtiéramos en extraños. Quiero consérvalos, quiero priorizar la bonita amistad que he creado con ellos, porque vÃnculos como estos, rara vez los encuentras.
Al final, luego de tantas vivencias, entiendes que perder amigos no siempre es un fracaso, a veces es la forma en que la vida te hace espacio para los que sà se van a quedar.
Me he identificado. Nunca he sido ✨la✨ amiga, mi presencia es tolerada, pero se que si no estoy ni se acordarán de mi. Me he acostumbrado a ello porque a veces las personas no son para siempre, a veces llegan a tu vida por un propósito y se van.
Que personal...